domingo, 23 de octubre de 2011

Busca anécdotas de la Revolución Francesa y añádelas al Post (comentarios).


Lamartine cuenta que en el París prerrevolucinario (XIV arrondissement, Boulevard Sébastopol, esquina Rue du Chat-qui-Pêche) vivía una anciana marquesa a la que todo los días su fiel criado Leotard la despertaba llevándole su café noir, su brioche, el inevitable surtido de fromages, su jarrita de leche de Sevres y su mantequillas, ambas del Hameau de la Reine.
En esas llega julio de 1789 y el Juramento del Juego de la Pelota (que los franceses llaman 'Le Serment du Jeu de paume' ) y el fiel Leotard no hizo acto de presencia. La marquesa consideró indigno salir de la cama ('lit de justice' en français) pero los estómagos son acreedores muy puntuales. Total que al cabo de dos horas se puso la bata (robe de chambre), recorrió el palacete y al fin encontró al fiel Leotard en su mansarda leyendo '¿Qué es el Tercer Estado?' del abate Sièyes seguido de '¿Y tú me lo preguntas?' del abate Farias. Y allí se desarrolló el siguiente (y profético) diálogo:
- Madame la marquise: "Me parece que hoy ha estado usted un tanto remiso en cumplir sus obligaciones".
- Leotard: "Le recuerdo a la ciudadana que los tiempos han cambiado y que el pueblo le ha dado la vuelta a la tortilla".
- Madame la marquise: 'No me haga usted de reir, Leotard. Por muchas vueltas que de la tortilla usted seguirá siendo la patata y yo el huevo.
Y sin más, dirigió majestuosamente sus pasos al café de la esquina y fundo el primer "starbuck" de la historia.
Fuente: Lamartine. Historia de los Girondinos. 1848. 

9 comentarios:

saphira dijo...

Es interesante saber este tipo de curiosidades, dan ganas de saber más sobre historia.

Marcos dijo...

Jorge,aquí te dejo una anécdota sobre Nicolas de Condorcet: Los huevos de Condorcet.

Cuenta E.T. Bell que, en tiempos de la revolución francesa, el marqués de Condorcet, matemático y filósofo, andaba perseguido. Viéndose en la necesidad de salir de su escondite, el hambre le obligó a entrar en una posada, donde pidió una tortilla (a la francesa, claro). Cuando le preguntaron que de cuántos huevos la quería, como no tenía ni idea de cuántos son necesarios para una tortilla normal, pidió una docena. El cocinero, lógicamente mosqueado, le preguntó a Condorcet por su oficio, a lo que el matemático contestó que carpintero. "Muéstrame las manos", le dijo el cocinero, que así descubrió al aristócrata.

Una lástima, porque este era de los decentes: defendió el progreso, los derechos de la mujer y la ilimitada perfectibilidad de la humanidad, entre otras cosas.

Jorge dijo...

Me encanta que hayas elegido esta anécdota, es uno de mis personajes preferidos...
!Muy bien!

saphira dijo...

Por cierto soy Marina.
Aqui dejo esta anecdota que me he encontrado por hay que no se si sera verdad, no he encontrado tampoco ningun otra web que me lo confirmase..
A Luís XVI le obligaron a firmar el derecho del hombre y del ciudadano. Cuando lo firmó, huyeron a Austria el país de su esposa.

Primero se pararon a comprar en la frutería y cuando pagó, la frutera se dio cuenta, porque el salió en las monedas su cara, entonces la frutera gritó y los guardias le detuvieron. Poco después los verdugos les mataron en la guillotina, a LuÍs XVI y a María Antonieta.

Núria Quero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Núria Quero dijo...

Luis XVI fue un hombre débil y frívolo, que acabó en la guillotina el 21 de enero de 1793 tras un sin fin de intrigas. Muchos historiadores lo toman como ejemplo de rey poderoso, encerrado en su torre de marfil, que deja de enterarse de nada de lo que sucede a su alrededor, llegando a estar en el epicentro del terremoto sin saberlo.

Cuentan que el día clave, el 14 de julio de 1789, tras la toma de La Bastilla, el rey escribió en su diario una histórica frase: ‘Hoy no ha pasado nada’…

Tampoco su hermano. Luis XVIII, era demasiado listo: Los cortesanos le dijeron que había un adivino que había hecho profecías asombrosas. El rey, convencido de que era un fraude, le hizo llamar. Antes de que llegara le dijo a uno de sus soldados que cuando él lo ordenara se lo llevara detenido para ejecutarlo.

El adivino entró en la Cámara real muy receloso, pues había escuchado rumores. Luis XVI le preguntó: ¿cuántos años vas a vivir? El rey tenía claro que no iba a vivir ningún año, sino cinco minutos, pero lo que no se podía esperar era la respuesta del adivino: ‘Mi muerte llegará exactamente dos días antes que la de su majestad’.

El adivino se procuró un seguro de vida a todo riesgo. El Rey por si acaso le dejó partir anulando su ejecución.

Jorge dijo...

La verdad es que la figura de Luis XVI es muy curuisa. Respecto a la anécdota de Marina es totalmente cierta, de hecho, a pesar de que iban disfrazados, el comerciante les reconoció gracias a que su cara estaba en tooodas las monedas...Nuria, tu anécdota no la conocía y me ha gustado mucho, es muy curiosa...

Lily dijo...

Una anécdota de Iván El Terrible:
Cuentan las crónicas de la época que, la fama de cruel y despiadado del zar ruso Iván El Terrible y que le dio dicho sobrenombre comenzó a ganársela desde muy niño. Ya desde su infancia fue responsable de toda clase de crueldades y brutalidades, sobre todo con los animales. Cuentan que se divertía torturando brutalmente toda clase de animales, sobre todo aquellos domésticos que encontraba en el palacio. Cuentan además que uno de sus pasatiempos favoritos era arrojar perros desde los tejados del palacio real.
Tras la muerte de su padre, y debido a la corta de edad de Iván El Terrible, se hizo cargo de la regencia y de su educación su madre. Pero en 1538 fue asesinada y el joven zar Iván quedó a merced de los boyardos, nobles rusos de la máxima jerarquía que se disputaban el poder. Finalmente, y con tan solo trece años el joven Iván se deshizo cruelmente de los boyardos y se rodeó de un grupo de fieles que le ayudaron a imponer su autoridad en toda Rusia, todo a pesar de su corta edad.
Recogen las crónicas de la época como, la primera víctima de la política de Iván El Terrible de la que se tiene constancia fue el noble Andrei Chuiski. El asesinato se produjo en 1543, cuando el joven Iván tenía apenas trece años. Realmente el no lo cometió personalmente, sino que ordenó a su guardia personal que arrojaran a Andrei Chuiski a una jauría de perros hambrientos que al parecer la guardia real tenía en palacio para esos fines. Resulta que Andrei Chuiski era el jefe del clan boyardo de Moscú, el más importante de Rusia, el mismo que posiblemente ordenó el asesinato de la madre de Iván, y que desde entonces le había mantenido dominado.
La Streltsí, cuerpo de elite ruso que fue desmantelado por el zar Pedro I El Grande en 1698 por sus repetidas sublevaciones contra él, fue creado en 1550 por el zar Iván El terrible, para no depender de los señores feudales. Primero como cuerpo de arcabuceros cuyos miembros recibían en pago tierras. Posteriormente se convirtió en un cuerpo de elite militar permanente.
Finalmente en 1547 Iván El Terrible asumió el gobierno y se hizo coronar zar de Rusia. Valiéndose de la Rada, asamblea popular de cosacos y nobles feudales que eran partidarios de un estado fuerte afianzó su poder y emprendió una reorganización de Rusia y de su ejército. Mediante campañas y guerras de expansión anexionó importantes territorios, como Kazán y Astracán, que llevó a Rusia a dominar todo el Volga; además emprendió las conquistas de Crimea y Livonia.

Unknown dijo...

Gracias bebeto por la anécdota

Cuchau beibi ⚡mc🚘

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